lunes, 31 de marzo de 2014

Juan Pablo en la Estrella

Este Santo observa desde la esquina. Sin darte cuenta, entras en la capilla y te chocas con él. Él te mira desde que entras. Subido en un pequeño altar, en un sillón papal, él vive el día a día de un barrio que sigue a su Estrella. Desde su lado escondido, ve las caras de aquellos que buscan la Luz en una Cara de porcelana.

Pero ayer no se lo creía. Le habían explicado cientos de veces lo que era la religiosidad popular, e incluso, él la había vivido. Pero a este Papa ayer casi se le saltan las lágrimas. No se creía lo que se formó en torno a la Virgen de la Estrella. Colas, incienso, carritos, bebés, niños corriendo, padres, madres, abuelos, abuelas, estampitas, marchas como Pasan los Campanilleros, fotos, miradas, besos, rezos…Este Papa aprende poco a poco cómo se vive el sentimiento religioso en esta ciudad. Lo mismo hay silencios que bullas. Lo mismo hay salves a viva voz que rezos entre labios. Lo mismo hay bebés llorando que señoras mayores mirando a su Estrella. Este Santo poco a poco se va uniendo al barrio y disfruta como uno más. Ante tantas malas noticias, las cuales nos inundan todos los días; ayer Triana radiaba de alegría. Y eso lo notó este Santo que lo elevarán dentro poco a los altares. A Juan Pablo se lo han ganado poco a poco los vecinos y ya es uno más. Ayer disfrutaba observando a aquellos que fueron a ver a la Estrella y, dentro de poco, él mismo la disfrutará en su paso de palio esperando el Domingo de Ramos. 

Juan Manuel Luna Cruz

jueves, 27 de marzo de 2014

Cuaresma íntima

Cristo del Mandato de Santa María la Blanca
 Nadie duda de la religiosidad popular en Sevilla, sobre todo, del papel activo de sus hermandades y cofradías; las cuales llegan a parar durante una semana la vida de una ciudad. Nadie puede dudarlo, y el que lo haga: simplemente no vive la realidad.


La Cuaresma va pasando con mucha rapidez. Hace poco nos poníamos la ceniza en la frente y hoy ya vemos pasos montados en las distintas iglesias. En un suspiro, todo habrá pasado y nuestras imágenes volverán a los altares donde nos esperan siempre. Sin embargo, en todo ese tiempo loco que se llama Cuaresma y Semana Santa se escapan también muchos detalles a los que no echamos cuenta porque nos volcamos más en cultos de hermandades conocidas, en actos extraordinarios o en la vida diaria de nuestras cofradías. Me refiero a que se nos escapan los pequeños cultos que se organizan en templos donde no hay hermandades. Por ejemplo, la Parroquia de San Bartolomé organiza todos los viernes de este tiempo litúrgico un Vía Crucis por el interior del templo. Además, esta semana sacará por la feligresía al Cristo de las Ánimas, una desconocida y hermosa obra del siglo XVI. Unos metros más en dirección Puerta de la Carne, en Santa María la Blanca, mañana vuelve después de una restauración el Cristo del Mandato, que también recorrerá las naves de esta iglesia barroca. Omnium Sanctorum asimismo tendrá el sábado su Vía Crucis con el Cristo de la Buena Muerte.
Escuela de Cristo

Y el Jueves Santo se instalan los Monumentos. Son los grandes olvidados. Nadie se percata de ellos. Hace 3 años, mi amigo Manolo Rodríguez y un servidor, viendo que ninguna cofradía salía, nos decidimos darnos una vuelta, ver la Ronda de los Armaos y visitar los Monumentos. Fue una auténtica delicia ver cómo las monjas de clausura y las parroquias instalan los Monumentos. Uno descubre las joyas escondidas que hay en los conventos de la ciudad. La exquisitez y el sumo cuidado predominan en este altar efímero de Sagrarios Pobres, como los definió Joaquín Romero Murube. Dios se halla presidiendo el lugar y hay que cuidarlo ya que es el día en el que se instituye la Eucaristía. Les recomiendo disfrutar de estos detalles que nos regalan estos lugares donde no hay cofradías, ni pasos, ni nazarenos, ni bandas. En ellos también se vive la Cuaresma y la Semana Santa, de igual forma que en la calle cuando sale un Vía Crucis de una hermandad o es la Función Principal de otra. Son lugares donde uno encuentra esa Cuaresma íntima alejada del bullicio.

Juan Manuel Luna Cruz

domingo, 16 de marzo de 2014

La historia de un botón

El color de los cielos ha cambiado. Se marchó el triste gris y vuelve el azul que cogía Murillo para pintar sus cuadros. El brillo de la luz busca entre las hojas al botón que espera nacer. Durante las últimas semanas, la lluvia ha regado los naranjos de la ciudad y ha cuidado celosamente a la semilla de la futura naranja. Conforme han pasado los días, el botón se ha vuelto blanco inmaculado y está esperando el momento de estallar y convertirse en flor. 

Desde su interior, espera ver otro año más a las personas caminando y buscando entre las calles a Dios y a su Madre; espera poder mezclar su aroma dulce con el incienso para crear ese olor inigualable; espera escuchar de nuevo las cornetas llorando por un Dios ajusticiado, así como estremecerse ante la garganta rota cuando la saeta muere; espera poder acariciar las manos de un Cristo crucificado y las bambalinas de un palio. Quizás, a este botón le lata el corazón como al de muchos sevillanos y sevillanas: con la mecida de las caídas de un paso de palio.

Este botón espera encontrarse con la mañana, el júbilo, los niños, la emoción, los capirotes, la voz de aquel que enseña a Dios andar, los rezos, el Puente, el arrabal, los devotos tras el paso, los nazarenos, los cirios, el bullicio…Tiene tantas ganas este botón de convertirse en flor que no puede esperar más. Sin darse cuenta, sus pétalos se han abierto un amanecer y ha aparecido el azahar. La flor ha estallado con la venia de su Creador para ir dando paso a la llegada de la Semana de la Luz, de la Semana del Gozo, de la Pasión, de la Esperanza, de la Vida, del Encuentro…La llegada de la Semana Santa.


Juan Manuel Luna Cruz