viernes, 31 de agosto de 2012

Elegía y gloria de un barrio





         Plaza del Pumarejo con el antiguo quiosco en el centro de la imagen. Foto extraída de Panoramio.



Andan desorientados. Buscan sombra en la plaza. Bernardo y Juana han vuelto de sus breves vacaciones en el Parque. Allí han descansado en ese idílico jardín que nos regaló una infanta y que cada día que contamos, se nos cae a pedazos. Este año no les ha gustado cómo han vuelto a cargarse la fuente de los leones, cómo han vuelto a aparecer pintadas en los bancos, cómo las flores vuelven a ser arrancadas.
-Parece mentira que una cosa tan bonita sea estropeada. Los que hacen esto tienen que estar muy aburrios…Con las cosas que hay que hacer en este mundo...
Sin embargo, cuando llegan a la plaza, se encuentran con la misma sorpresa de otros vecinos: Pepe se ha ido. Su quiosco no repartirá más periódicos, su sombra no cobijará más a estos dos reporteros perrunos, los niños no volverán a comprar chicles ni golosinas y se nota que al barrio se le ha ido algo. Pero pronto se pasa de la pena a la indignación. El quiosco no se ha ido por jubilación o por orden del ayuntamiento, se le ha echado por cómo está la situación.
-Juana, ¿cómo me explicas esto?-dice Bernardo señalando al coloquio de 5 indigentes con litronas a las 4 de la tarde- Al principio nos reíamos, porque eran para una obra de teatro de Valle-Inclán, pero es que ya han causado muchos problemas y esto no se puede tolerar-subiendo el tono del ladrido.
-Tranquilo Bernardo, tienes que relajarte…
-No me relajo Juana, ¿no dicen ahora que hay que indignarse?, pues yo me indigno de cómo está la plaza. Hablan de mucha actuación con la botellona, pues aquí no veo ninguna multa nunca, y si la ponen, ea, nos declaramos insolventes. Lo que deberían hacer es que cada vez que estuvieran bebiendo, tirarle el cartón de vino, y una vez, y otra vez, y otra vez…verá como se cansarían y dirían: “ojú compare, aquí están mu pesaos, vámono a otro sitio”. El palacio se está cayendo poco a poco y nadie actúa, hasta que ocurra una desgracia. Las calles como Torreblanca, Aniceto Sáenz, Fray Diego de Cádiz, Relator…necesitan una mano de chapa y pintura. Esto no será un lugar privilegiado de la ciudad, pero es uno de los sitios de paso más importantes. Numerosas personas atraviesan para ver la Basílica, las murallas, el antiguo Hospital…y esto no puede ser el culo del Casco Histórico. Hay que buscar una solución. No se puede guardar tanto tiempo la mierda en una esquina porque acaba oliendo.
-Si todo lo que dices es magnífico, Bernardo. Pero tú sabes lo mejor, que no se puede hacer nada. Que no te van a hacer caso alguno. Algunos solo aparecen en las elecciones. Además, hay otro problema Bernardo.
-¿Cuál?
-Que eres un chucho. Y como tal, nada más que das ladridos. No entienden lo que dices. Por tanto, confío poco en la actuación política. Solo nos queda cantar las glorias del barrio: el taller de Ojeda, la plaza de abastos, las murallas, las iglesias gótico-mudéjares, San Luis de los Franceses, los bares (verdaderos senados sevillanos)…y las penas que se ahoguen en un pozo. A mí…que me quiten lo bailao, pero que no me quiten a la Esperanza.
-Amén.

viernes, 24 de agosto de 2012

El objetivo del David

                                           Foto extraída de la página web: culturizando.com


Impacientes, el grupo esperaba en el vestíbulo de la Galería de la Academia. La guía nos entregó los cascos para poder escucharla mejor y nos adentramos en sus salas. Había pocas porque casi todo lo importante estaba en los Uffizi. Digo casi todo porque en este museo se guarda la cumbre, el final, la apoteosis del Renacimiento. Después de esto, los artistas se tuvieron que replantear el arte, comentaba la guía. Un viejo florentino admiraba a aquella figura que salió de una mole de mármol. Y es que Miguel Ángel sacó a David del bloque. Él ya estaba esculpido. El artista solo lo liberó de su prisión. Sin embargo, los esclavos siempre quedarán atrapados. Buonarroti aceptaba muchos encargos, pero pocos concluía. A pesar de ello, se le antojó el Gigante, un bloque de mármol situado en la catedral de Florencia y se encerró con él 3 años en un patio. De él, nació el rey bíblico que, sosteniendo una tensión controlada, gira la cabeza hacia la izquierda con un objetivo concreto.  Este objetivo es suyo, es su meta y parece decirle con los ojos: “Te voy a destruir”.
Me quedé, sobre todo, con esta explicación de la guía: el objetivo del David. Miguel Ángel podría haber seguido otros modelos anteriores, sin embargo, nos muestra a un hombre preparado para el combate y que sabe, por su mirada y concentración, que va a ganar. Por eso, cuando se le ve, da la sensación de que se le va a escapar la frase que comentaba anteriormente. Podríamos, ¿por qué no?, buscar un objetivo como David. La sociedad tiene tantos objetivos de palabra, que no se fija bien y acaba olvidándose de ellos. Nos hace falta esa tensión controlada de las manos de esta escultura, las cuales guardan la piedra que ha de caer de bruces a Goliat. Nos estamos irritando ante la crisis y no achacamos los problemas de frente. Damos muchos palos de ciego y no miramos fijamente el objetivo. No parecemos musitar en nuestros labios: “Te voy a destruir”, dirigiéndonos a ese Goliat, ahora llamado pobreza, hambre, muerte…Podríamos observar detenidamente a esta cumbre del arte, que parece estar diciéndonos algo en medio de la tormenta en la que estamos metidos todos.

Juan Manuel Luna Cruz

lunes, 20 de agosto de 2012

5 hermanos y un gran viaje

Frente al papel en blanco, como el pintor con un lienzo o el músico con el pentagrama, uno tiene que escribir 3 semanas en pocas líneas. ¿Pero qué escribo? ¿Un resumen? Sería larguísimo y pesado para aquellos que leen este humilde blog. ¿Una explicación del viaje? Demasiado objetivo y falto de sentimientos. Intentaré probar con un collage de palabras, frases, párrafos para acercarles todo lo que he vivido con mis 4 hermanos. Podemos empezar con una imagen como la de la Sagrada Familia, mole de piedra modernista donde Gaudí jugó con el espacio para crear una obra para la eternidad. Luego, un laberinto de subterráneos donde casi nos perdemos entre trenes, mapas de líneas y  bocas que nos hacen aparecer en otro punto de la capital catalana. Por la tarde, primer amago de infarto en forma de tren cama dirección París. Sin embargo, los infartos se quedan para nuestras risas en el futuro. La ville son muchos adjetivos, nombres, piropos a esta ciudad sin límites, grande no, tremenda de grande donde nos la pateamos entre queriendo y sin querer. La vuelta al hostal desde la torre Eiffel, antológica. Los Campos Elíseos, les Invalides, Notre Dame…que les voy a contar. El camino a Luxemburgo nos presagiaba un lugar lleno de verde y paz donde descansamos después de largas caminatas francesas. Un momento para nuestros recuerdos fue la ladera frente a la ciudad que convertimos por unos minutos en un tobogán gigante. Al día siguiente, Bruselas nos esperaba amable, muy de fiar, generosa, donde disfrutamos degustando sus famosas cervezas y chocolates belgas. Si me tengo que quedar con una imagen, prefiero elegir dos: el amanecer en Brujas y el infinito Mar del Norte en Ostende. Como dice Ignacio Cruces, “de los mejores días del viaje”. Continuamos nuestro caminar y, por calificarlo con un verbo, nos topamos con Ámsterdam. Un caos donde sus habitantes se desenvuelven como peces en el agua. Éramos visitantes y no estábamos acostumbrados después de pasear por urbes tan tranquilas. De lo mejor, Vondelpark y los paseos entre cipreses, pinos y lagos. Llegamos al punto álgido de nuestro camino y comenzamos a bajar Europa. La siguiente parada era Alemania y Frankfurt. No sabíamos si sorprendernos o no cuando descubrimos que debajo de la sede del Banco Central Europeo (ese sitio donde mandan los alemanes y que no para de marearnos), hay una discoteca donde nos denominaron de muy mala forma, pero en fin, no hay que darle mayor importancia. Múnich fueron muchos contrastes. Pasó de ser una metrópoli por descubrir y con muchos atractivos a una película surrealista y esperpéntica propia de Berlanga o Ramón María del Valle-Inclán. De Italia…que les voy a contar que no sepan ya: belleza veneciana y majestuosidad florentina.
Creo que este collage no necesita más pinceladas de palabras, solamente me gustaría dar las gracias a mis 4 hermanos por vivir con ellos esta experiencia y recomendar un viaje como este de Interrail a todos aquellos que tienen curiosidad por descubrir y ganas de conocer no solo nuevos o singulares lugares sino a otras formas de vivir.
Juan Manuel Luna Cruz