lunes, 31 de diciembre de 2012

Bernardo y Juana miran al 2013


Nuestro sin par chucho se encuentra hoy en una de las plazas más bellas de la ciudad, Santa Isabel; con los ojos entreabiertos y recostado sobre el suelo, a la sombra de un naranjo y deleitándose con el sonido de la fuente y la imagen de la portada renacentista del convento de las monjas filipenses.

-¡Bernardo, no te me escapes que hay que hacer balance del año!-grita Juana, muy apurada porque ha visto que todos los medios han hecho resumen menos ellos.

-Vamos a ver Juana, si nosotros somos un blog cualquiera, como vamos a hacer resumen del año con los pedazos de vídeos, álbumes de fotos y grandes crónicas que te encuentras en los periódicos.

-Es verdad, ¿y entonces qué hacemos? Porque no podemos despedir el año sin ná.   

-Pues mira, a mí se me ha ocurrido que en vez de tanto pasado porque no pensamos en lo que puede venir en este 2013 que se nos cae encima.

-¡Es cierto! Venga, ¿tú qué crees que será importante en este año nuevo?

-Hombre, yo seguiría atento a los problemas de las personas que están en paro, o en comedores sociales o las familias que subsisten de las pensiones… a todas esas cosas, no a los problemas económicos, porque eso no va conmigo. Intentaría echar una mano en todo lo posible, con gestos o detalles cotidianos, que son los que mantienen a raya a las cosas malas. Me pasaría alguna vez a donar sangre, que hace mucha falta, atendería a las personas que llamasen a mi puerta, lucharía por mejorar mi entorno más próximo y conseguir metas propuestas porque así, poco a poco, vamos ganando a las adversidades.

-Eres un idealista, te pareces a los que se ponen el día de año nuevo: “voy a adelgazar” o “voy a dejar a fumar”, pero con más pájaros en la cabeza-contestó Juana.

-¿Tú crees que es imposible lo que he dicho?

-Yo digo que necesitarías mucho tiempo para conseguirlo y que conforme pasan los días, salen obstáculos. Mira, mi deseo para este 2013 es que vayamos viendo el día a día, con metas, sí, pero pensando en lo que hoy tenemos y a la mañana siguiente, ver si sigue habiendo lo mismo o ha cambiado la cosa. Porque ese fue uno de los pecados que nos llevó a esta maldita crisis: la de ver más allá de nuestras posibilidades y no vivir el momento exacto, soñar con un futuro lejano, con una cima de una montaña sin pararnos en observar el camino.

-Si yo soy idealista, tú eres realista.

-Por eso nos llevamos tan bien, ese binomio idealista-realista nos permite charlar muchas veces y espero que en este 2013 muchas más.

-Evidentemente, Juana. Bueno, te deseo un buen 2013.

-Lo mismo digo Bernardo. Por cierto, ¿esta noche te vas a poner pajarita para recibir el año?

-Puede Juana, puede que te sorprenda. 

Juan Manuel Luna Cruz

domingo, 23 de diciembre de 2012

Noche navideña con la Lotera

Ayer 22 de diciembre fue una gran noche en la ciudad para estar con la familia y los amigos en las calles del centro. Numerosos actos repartidos se dieron lugar por teatros como el estreno del musical "El Día que Jesús no quería nacer", obra adaptada del cuento de navidad de Antonio García Barbeito o por las mismas esquinas con numerosos coros de campanilleros que cantando, esperaban impacientes la llegada de Nuestra Señora del Rocío de la hermandad de Sevilla-El Salvador, popularmente llamada la Lotera por su salida el día en el que se celebra el sorteo de la Lotería.

A lo largo del recorrido se colocaron coros venidos desde distintos puntos de la urbe, e incluso de la provincia como el coro de la Salle-la Purísima o un grupo venido del pueblo de Tomares. La calle Cuna, Sierpes, Cerrajería o Sagasta, lugares por donde pasó la procesión, se llenaron de personas deseosas de vivir el espíritu de la Navidad y disfrutar de los villancicos populares que se cantaban.


Sobre las 9 y media de la noche atravesaba la puerta de la Colegiata del Salvador las andas de la Virgen del Rocío para ser paseada por sus hermanos, fieles y devotos. Mientras en otro punto del itinerario, la esquina de Sierpes con Cerrajería, ya no cabía un alfiler y todavía quedaba un buen rato para que llegase el paso con la Reina de las Marismas.

En resumen, una muy buena tarde-noche sevillana, con gran ambiente y numerosas personas disfrutando de estas días tan hermosos y llenos de felicidad.






martes, 18 de diciembre de 2012

La Búsqueda de Tu Sonrisa


La luz se está desvaneciendo, el olor se está esfumando, el silencio ahogando, el color despintando…todos los elementos que encontré a lo largo del camino se caen del zurrón donde se guarda la ilusión de este mundo. No sé qué les pasa, pero me dicen los sabios que las personas andan tristes y encima no encuentran la sonrisa en tu cara.

Las gentes han perdido su alegría que animaba las calles y plazas; ahora andan pálidos, sin ganas, como espectros en medio de una niebla eterna que cubre la ciudad, y es que el ambiente no está para tirar cohetes. Pero, como dijo un buen periodista, tú eres la última luz que queda, mientras que Él es el último camino que tenemos que recorrer.

Hoy, los ciudadanos de la Híspalis romana, de la Ixbilia musulmana, de la Sevilla de San Fernando, Garci, Bonifaz y Remondo, de la Roma triunfante en ánimo y grandeza de Cervantes, Juan de Mesa y Montañés, de la ciudad de las luces de Lista y Olavide, de la romántica de Bécquer y costumbrista de García Ramos, de la Sevilla comunista y anarquista de José Díaz y el Moscú Sevillano van a postrarse ante tu cara y tus manos porque tú eres el último suspiro de esta vida. Cuando ya no hay nada más a lo que aferrarse, hay que agarrarse a tus lágrimas y tu sonrisa. Toda la ciudad, la de todos los bandos, la más variopinta, la atea y la beata, la popular y la elegante, la de los niños y los mayores…solo tiene 2 dogmas que llevan a gala: que a Dios lo podemos encontrar en San Lorenzo y que Tú, niña, eres la única Esperanza de los mortales.
La ciudad siempre será protegida por esa constelación de 6 estrellas, las cuales forman la Ronda de la Esperanza y la muralla inquebrantable de la Fe. Fe por un mundo mejor, por un mundo más humano, por un mundo donde todos vayamos por iguá, como grita el capataz, y para eso, hay que tener en estos tiempos de cabecera a la Esperanza, la que vive en la Ronda y en San Roque, la de la calle Castilla y la Enfermera, la Mujer Trianera de la calle Pureza y la Niña del Arco.

Por eso, aunque se desvanezcan de mi zurrón todos los elementos que busqué y encontré, sé que el que nunca desaparecerá de este mundo será tu Sonrisa, Niña. 

Juan Manuel Luna Cruz

miércoles, 12 de diciembre de 2012

El concepto de la calle



Últimamente se escuchan muchas voces tanto de personas anónimas como de personajes públicos que se refieren al concepto de la calle como si fuera malo para los niños y jóvenes. “A ver si podemos buscar un lugar para alejar a los niños de la calle…” o “es que las bandas de música u otras asociaciones hacen una gran labor porque quitan a los jóvenes de los peligros…” Estas ideas repetidas numerosas veces creo que están un poco fuera de lugar.
¿Por qué? Porque la calle nos ha mostrado la realidad a todos nosotros, a nuestros padres, a nuestros abuelos…Primero, se nos forma en el hogar, luego llega la escuela y después la calle, que es donde verdaderamente nos buscamos las habichuelas y demostramos al mundo lo que valemos y somos capaces de hacer. Y eso debe aprenderse desde pequeño.
Yo, que soy joven, me sorprendo cuando dicen mis mayores que hay que alejar a los niños de las calles porque nada más que hay cosas malas. En gran parte, sí; pero también hay grandes cosas por descubrir en las plazoletas, con los amigos, con los compañeros, con los contrincantes, con los desconocidos, y con muchos elementos que también nos van construyendo como persona. Yo he aprendido a reírme de mi mismo en la calle, he aprendido a defenderme, he descubierto cosas malas y buenas, yo me he desarrollado como persona con mis queridos Ignacio, Rafael, Enrique, Faustino… o jugando al fútbol en los campos de Arjona los viernes con Fernando, Curro, Juan Ignacio o Juan. Yo me formado con una larga lista de personas y he tomado cosas de ellas y las he puesto en marcha para ser un conglomerado y ser lo que soy.
Por eso, me llama la atención que quieran dejar solas las plazas donde juegan los niños y las niñas a la pelota o a la comba; se caen por primera vez y se levantan solos; se pelean y luego se perdonan, ayudan a un mayor que le pide ayuda para cruzar la calle; entre otras muchas cosas. Ahora, los dejan solos en las casas, con burdas máquinas que los alejan de la realidad y les trasladan a una que no existe. Los ordenadores, los móviles y otros cachivaches nos envuelven y nos llevan a un mundo donde somos los protagonistas y las cosas se hacen porque nosotros queremos. Evidentemente, en la vida real no funciona así, y en algunos casos podemos crear problemas porque no estamos conformes de cómo actúa el mundo y queremos que vaya a nuestro antojo. No escondan a los niños, dejen que salgan, que aprendan, que conozcan las maravillas que existen, enséñenles a valorar lo que hay de puerta a fuera sabiendo lo aprendido de puertas a dentro porque a lo mejor con tanta protección, estamos acercando a las generaciones que vienen a otros peligros peores.

Juan Manuel Luna Cruz

sábado, 1 de diciembre de 2012

El casino donde juegan con todos


La cosa, la maldita cosa como la llaman muchos, tiene muchas interpretaciones; tantas como personas en el mundo. Hoy me gustaría exponer mi interpretación, que seguro que tiene elementos comunes y dispares con otras formas de explicar la crisis. Supongo que todos ya casi sufrimos al ver el telediario o escuchar los informativos por la radio, y es que por 1 noticia buena, salen 20 malas. Además, no son informaciones del extranjero, de guerras lejanas, ataques en las antípodas o sobre la pobreza en la África profunda. No. Eso ha cambiado. Hoy, todo eso está llamando a nuestra puerta. ¿Razones? ¿La globalización? ¿El derroche? ¿El vivir por encima de nuestras posibilidades? Llámenlo como quieran. Ese no es el punto en el que me quiero entretener. Quiero pararme en explicarle que hacíamos antes y ahora qué hacen con nosotros, porque lo que hacen algunos es jugar. Jugar como si las vidas de hombres y mujeres fueran fichas de un casino. Antes, las fichas éramos nosotros y las controlábamos nosotros. Ahora las fichas no las tenemos, sino que 10, 12, o 15 señores del mundo se han apoderado de todo y juegan a sus anchas llegando a destrozar hogares, ciudades, fábricas o países.
Esos señores, que son los que tienen el taco o la pasta gansa, nos manejan o nos ningunean como si fuésemos siervos en un feudo medieval. “Hoy tengo ganas de apostar por este país porque me han dicho que están dando caña a la gente con las reformas” o “Hoy me he levantado y creo que voy a pasar este dinero a esta empresa, que está en este lugar, donde trabaja más la gente que en esta otra”. Y ese es el juego. Y los políticos, que tienen que trabajar por la mejora de la vida de las personas, se han dejado manejar por aparecer en una fotito o por un par de maletines de euros asquerosos y míseros que traen nada más que el odio, la envidia o la soberbia.
Como los responsables de que esto no suceda lo han permitido, actualmente están encadenados de pies y manos; ahora están viendo en ese casino imaginario (o real) como el dinero invertido de unos pocos en su país, viene y va como la lluvia o el viento. No pueden trabajar sin la preocupación, todos los días, de si van a disponer o no de capital para poder realizar lo que ellos desean para los ciudadanos. Los años de vacas gordas donde todos éramos ricos y ciegos se han acabado, ahora nos han quitado la venda de los ojos y nos han pecado un buen pellizco para despertar del sueño. Nos han mostrado lo que verdaderamente había: un mundo ficticio, en el que el dinero verdaderamente nunca había cambiado de manos, las fichas del casino las habíamos perdido por apostar en la casilla equivocada y los poderosos siempre habían sido los mismos.

Juan Manuel Luna Cruz