martes, 18 de diciembre de 2012

La Búsqueda de Tu Sonrisa


La luz se está desvaneciendo, el olor se está esfumando, el silencio ahogando, el color despintando…todos los elementos que encontré a lo largo del camino se caen del zurrón donde se guarda la ilusión de este mundo. No sé qué les pasa, pero me dicen los sabios que las personas andan tristes y encima no encuentran la sonrisa en tu cara.

Las gentes han perdido su alegría que animaba las calles y plazas; ahora andan pálidos, sin ganas, como espectros en medio de una niebla eterna que cubre la ciudad, y es que el ambiente no está para tirar cohetes. Pero, como dijo un buen periodista, tú eres la última luz que queda, mientras que Él es el último camino que tenemos que recorrer.

Hoy, los ciudadanos de la Híspalis romana, de la Ixbilia musulmana, de la Sevilla de San Fernando, Garci, Bonifaz y Remondo, de la Roma triunfante en ánimo y grandeza de Cervantes, Juan de Mesa y Montañés, de la ciudad de las luces de Lista y Olavide, de la romántica de Bécquer y costumbrista de García Ramos, de la Sevilla comunista y anarquista de José Díaz y el Moscú Sevillano van a postrarse ante tu cara y tus manos porque tú eres el último suspiro de esta vida. Cuando ya no hay nada más a lo que aferrarse, hay que agarrarse a tus lágrimas y tu sonrisa. Toda la ciudad, la de todos los bandos, la más variopinta, la atea y la beata, la popular y la elegante, la de los niños y los mayores…solo tiene 2 dogmas que llevan a gala: que a Dios lo podemos encontrar en San Lorenzo y que Tú, niña, eres la única Esperanza de los mortales.
La ciudad siempre será protegida por esa constelación de 6 estrellas, las cuales forman la Ronda de la Esperanza y la muralla inquebrantable de la Fe. Fe por un mundo mejor, por un mundo más humano, por un mundo donde todos vayamos por iguá, como grita el capataz, y para eso, hay que tener en estos tiempos de cabecera a la Esperanza, la que vive en la Ronda y en San Roque, la de la calle Castilla y la Enfermera, la Mujer Trianera de la calle Pureza y la Niña del Arco.

Por eso, aunque se desvanezcan de mi zurrón todos los elementos que busqué y encontré, sé que el que nunca desaparecerá de este mundo será tu Sonrisa, Niña. 

Juan Manuel Luna Cruz

1 comentario:

  1. Sin duda alguna diré si me lo permites que en la sonrisa de su mirada se encuentra nuestra esperanza, como en sus manos nuestras vidas.
    Qué pena quien no sepa, no pueda, no quiera verla.
    Y ese es el principal problema.Poner nuestras metas y sueños en fugaces fuegos de artificio dejando de lado a la luz más bella. La única luz. Pasan las horas, los días, los años y Él, en San Lorenzo nos espera. Nos espera con la cruz de los pecados, con la fuerza de un Dios paciente.
    Como espera María que a sus manos vayamos. Pues no necesita un beso para sentirse querida. Necesita que la encontremos en la persona que sufre y necesita nuestra ayuda,necesita nuestra sonrisa para poder sonreir Ella. Esa sonrisa de niño que le ponemos cuando a sus plantas nos doblamos para besarle la mano. Un gesto desapercibido pero con el que le decimos que es nuestra Reina, la que guarda nuestro corazón. La que supo esperar y espera que volvamos a Ella...tarde o temprano. Como Madre nos espera con sus brazos abiertos. En Ella, la mano que nos lleva a la Luz, en Ella las ilusiones, en Ella los tequieros, en Ella nuestros desvelos y sufrimientos...pero en ELLA, siempre en Ella...SPES NOSTRA.

    ResponderEliminar