
Pero ayer no se lo creía. Le habían explicado cientos de veces lo que era la religiosidad popular, e incluso, él la había vivido. Pero a este Papa ayer casi se le saltan las lágrimas. No se creía lo que se formó en torno a la Virgen de la Estrella. Colas, incienso, carritos, bebés, niños corriendo, padres, madres, abuelos, abuelas, estampitas, marchas como Pasan los Campanilleros, fotos, miradas, besos, rezos…Este Papa aprende poco a poco cómo se vive el sentimiento religioso en esta ciudad. Lo mismo hay silencios que bullas. Lo mismo hay salves a viva voz que rezos entre labios. Lo mismo hay bebés llorando que señoras mayores mirando a su Estrella. Este Santo poco a poco se va uniendo al barrio y disfruta como uno más. Ante tantas malas noticias, las cuales nos inundan todos los días; ayer Triana radiaba de alegría. Y eso lo notó este Santo que lo elevarán dentro poco a los altares. A Juan Pablo se lo han ganado poco a poco los vecinos y ya es uno más. Ayer disfrutaba observando a aquellos que fueron a ver a la Estrella y, dentro de poco, él mismo la disfrutará en su paso de palio esperando el Domingo de Ramos.
Juan Manuel Luna Cruz