sábado, 17 de diciembre de 2011

Sevilla, la Ciudad de las Personas


¿Y esto qué será? Se preguntarán ustedes. ¿Qué significará esta imagen de una papelera con el título que le he puesto a esta entrada de blog: Sevilla, la Ciudad de las Personas? Intentaré explicárselo. Esta papelera me la encontré hace un par de semanas en la Copa Davis. Allí, en el Estadio de la Cartuja, había una serie de operarios de Lipasam colocándolas en los graderíos y un servidor se fijó en esta frase (tan repetida hasta la saciedad por el anterior gobierno local) que aparecía debajo de las citadas papeleras. Claro, uno se sorprende al ver como este eslogan, tachado por numerosos medios de comunicación y atacado por la gente, ya que la ciudad no se estaba convirtiendo precisamente en una ciudad de personas, sino de bicicletas, tranvías que no iban a ninguna parte y planes contra el tráfico que estaban matando a la fibra más sensible de la urbe. Después, uno empezó a pensar, a roerse la cabeza y dijo: ahora Sevilla sí es una Ciudad de las Personas.

¿Por qué? Pues muy sencillo. Basta que se den una vuelta por el Centro y vean la cantidad de gente que hay, el ánimo que hay en las miradas y sonrisas de niños, mayores, adultos, jóvenes…, el bullicio de las calles, las tiendas abiertas de par en par, en fin, vuelve a haber ambiente en nuestro Centro.
-¿Pero si la cosa no está para tirar cohetes? ¿Has visto las cifras del paro? ¿Has visto la cantidad de luces, de macetitas, de florituras, de dibujos y de tonterías que ha puesto este año el ayuntamiento?
-Sí, y qué pasa. Venga ya, por Dios, con la que nos está cayendo encima y la que nos va a caer, ¿por qué no vamos a dejar que el gobierno de la ciudad, que acaba de cumplir 6 meses, no ponga luces de navidad y otras cosas si tiene dinero para eso? Señores, ¿de todo prácticamente nos vamos a quejar? De momento, las cosas se están haciendo medianamente bien desde el equipo de Zoido, han puesto las calles fantásticas, han traído los autobuses al lugar desde el que no se habían tenido que ir nunca, han quitado el plan centro… ¿No les gusta la cosa? 
Hay algunos sevillanos que tienen el denominado síndrome de Romero Murube, pero en un estado agudo y viven como pastores bucólicos que añoran, desean una Sevilla idilíca, que es simplemente soñada y que se suelen quejar de muchas actuaciones que, para nuestro tiempo y para las personas, están muy bien. No vamos a poder recuperar la vida que había en la Encarnación cuando existía la magnífica plaza de abastos, pero podemos darle vida de otra manera: con cacharritos, con puestos de churros, con veladores en la plaza de arriba (aunque nos hayan puesto allí unas setas feas y gigantes), con mucha gente paseando y disfrutando, que eso es lo importante. No podemos recuperar esa Sevilla añeja, que algunos rancios claman a los cielos recuperar, pero sí podemos reinventarla, como ella se reinventa sola en primavera, pero para siempre. Eso se está haciendo ahora, se están tirando a la papelera todo aquello que no servía para esta amada mujer que tan maltratada ha sido, y se la está poniendo guapa y bella y se está cuidando a lo más importante que tiene y que hace que sea así de singular: las personas.

Juan Manuel Luna Cruz

No hay comentarios:

Publicar un comentario