martes, 31 de diciembre de 2013

Cielos de diciembre

Para cielos… los de diciembre. Claros, relucientes, azules, soleados y sin nubes. Cielos azules para despedir un año gris. Un año donde nos hemos ido descubriendo cómo los hombres podemos ser más crueles, más egoístas y más intolerantes. Pero en todo ese gris, sale algo de luz a través de una sociedad que cuando se ve en el peor de los momentos, saca su lado más generoso (ahí están las recogidas de alimentos, las donaciones de sangre o la entrega diaria de muchos anónimos). 


Viendo estos cielos azules donde mueren los años y se adivinan unos nuevos, uno ve cada vez más unos seres humanos que quieren ser más protagonistas (lo que toda la vida de Dios se ha dicho el niño en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el entierro). Hemos conocido cómo nos manejan los poderosos a sus anchas. Hemos visto los tejemanejes en nuestras narices. Hemos observado cómo se ríen de nosotros. Y nosotros…a lo nuestro. A nuestro día a día. Al pensar solamente en el día de mañana y no en el futuro. Porque así nos han enseñado. El “así nos va” o “las cosas son como son” o “Esto es lo que hay” se nos calado como el frío húmedo se cala en los huesos. Este año que muere en los cielos soleados de diciembre ha sido el de una sociedad callada, abatida, que se ha visto desbordada y ahora entona el mea culpa algunas veces y ladra otras en las barras de las tabernas. 
Quiero pensar, deseo pensar, creo pensar que el nuevo año sea de levantarnos. Pero no contra los gobiernos, los banqueros, los poderes fácticos y los ocultos. Primero, seamos capaces de levantarnos contra nosotros mismos. Contra nuestro pesimismo, nuestra avaricia y nuestro ego. La ceguera que nos cubre nos ha hecho olvidar al que está al lado nuestro. Espero que estos cielos azules nos quiten la venda de los ojos, nos limpien el corazón y hagan que seamos, al menos, un poquito mejores en este año que entra.


Feliz 2014.

Juan Manuel Luna Cruz

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