domingo, 11 de marzo de 2012

Olé por Ustedes


A ustedes: Mamá, Rosario, Pepa, Dolores, Candelaria, Juana, Carmen y muchas más.

Siempre hay que mirar para atrás para entendernos y comprender lo que pasa ahora y lo que hay a nuestro alrededor. Así podremos construir un porvenir. Por eso me gusta fijarme en mis antepasados, mis ancestros para poder comprenderme e intentar parecerme a ellos como personas y hombre y mujeres de su tiempo. También, ¿por qué no? Mejorar esos fallos cometidos y construir un futuro para los míos y los que están por llegar. Si hay alguien en mi familia que nunca se ha rendido, se ha venido abajo por cualquier circunstancia y ha tirado hacia adelante a pesar de las adversidades, esas han sido las mujeres. Y lo digo como María la Yerbabuena, con la boca llena: ¡Olé, olé y olé! Olé por ustedes que cuando no teníais nada de nada, sacabais un cacho de queso y pan para vuestros hijos de debajo de las piedras. Olé por ustedes que paríais en condiciones que nadie quiere ahora y que, aunque tuvierais mil cosas que hacer, siempre había un momento para un beso en la frente para vuestro bebé y otro en la mejilla para vuestro marido. Olé para ustedes, que mantuvisteis la mirada al frente cuando tiraron a vuestros maridos a una fosa, cavada por aquellos que no tuvieron corazón. Olé porque cuando decían en tiempos más democráticos que había crisis, decíais para vuestros adentros: “Vosotros no sabéis lo que es una crisis”. Olé por ustedes que lo que os ganasteis, lo conseguisteis con mucho sudor y mucho  trabajo a pleno sol y sin títulos de privilegio ni marquesados. Olé por ustedes que aguantasteis lo inaguantable y que no tuvisteis ninguna ley que os protegiera. Olé por todo esto y mucho más.
Por eso, no os recuerdo un solo día sino todos y cada uno de mis días porque tengo vuestra referencia, la de que todos y cada uno de los días de vuestra vida luchasteis y os esforzasteis por y para vuestra familia. Esa es la gota de agua constante que acaba erosionando con el tiempo la dura piedra de la adversidad. Esa es la intrahistoria de la que habló Unamuno y que ha escrito tantas mujeres como las de mi familia.
Juan Manuel Luna Cruz

No hay comentarios:

Publicar un comentario