jueves, 17 de enero de 2013

Hijos de la Ilusión


La generación de los años 90 cumple la mayoría de edad. Este año dejarán el instituto aquellos y aquellas que nacieron en 1995, los de 1998 están en la edad de la niña bonita, los que inauguraron la década estarán a las puertas del mundo laboral y los de 1993 cumplirán 20 años.

Parece mentira (para un miembro de esa generación) como ha pasado el tiempo. Hace nada éramos unos enanos y ahora, nos enfrentamos a nuestros propios problemas, añadidos a los de la sociedad en general. “Eso pasará como siempre” o “Todos nos vamos haciendo viejos” son los comentarios más repetidos, pero creo que nosotros tenemos un añadido más.

Siempre se suele llamar a un grupo de gente que ha nacido durante unos años un nombre, por ejemplo, hace unos días escuchábamos al Rey decir que su quinta eran la generación de la libertad, las personas de los 60 se les ha denominado por 1,60 (sobre todo a las mujeres, que se lanzaron a los trabajos durante ese tiempo) y a nuestros antecesores, los que nacieron en los 80, los Hijos de la Democracia.

Pues bien, ¿cómo nos podemos llamar nosotros? ¿Los ni-ni? ¿La generación digital? ¿La de la Play Station? ¿La del guasap? Yo, como he nacido idealista, me gustaría proponer un título bonito: los hijos de la Ilusión. Les explicaré el por qué, nacimos en una época donde se realizaron y consolidaron grandes proyectos a nivel nacional e internacional: la EXPO, las Olimpiadas de Barcelona, la consolidación de la democracia parlamentaria, la Unión Europea…Nacimos durante la última década de un siglo para olvidar (el XX), con guerras mundiales, hambrunas, pobreza, problemas con el medio ambiente, entre otros. Pero también con retos tan importantes como el avance en la tecnología, Internet, la medicina o el medio ambiente. Digamos que nacimos justo para decir adiós a un siglo de controversias y saludar a un siglo de retos variados.

Somos la generación que tiene que sacar al mundo de la crisis, somos esa línea de infantería que se ha quedado la primera tras la de los 80, la cual ha tenido que irse del país porque no hay solución a corto plazo. Somos los que, desde nuestros campos de trabajo, tenemos que curar el cáncer, el sida, ayudar a África, crear una democracia real, seguir creando cultura y estilos artísticos, informar de lo que acontece a nuestro alrededor, eliminar los fallos que se han acometido, educar en valores humanos…Tenemos una lista infinita de retos, que no podremos llevar a cabo todos, pero que tenemos que dejar encaminados por los que nos precedieron y por los que tienen que venir después de nosotros.

Tenemos ya encima de nuestros hombros responsabilidades que acometer. Espero no defraudar a los que están por delante de mí ni a los que vienen detrás. Pero eso lo tenemos que afrontar con ilusión, con ganas, porque para eso somos los Hijos de la Ilusión.

Juan Manuel Luna Cruz

1 comentario:

  1. Sé que mi opinión ni suma ni resta, pero bueno...

    He leido este artículo y, permíteme decirte que, me ha parecido muy interesante por ser una llamada a la "ilusión", además de ser una declaración de principios. Me gusta la gente comprometida, y en tu caso también con formación y capaz de cambiar su alrededor...y quién sabe si no también el mundo.
    Juan Manuel, ¡¡Enhorabuena!!

    (Sigue así, tan personal y tan tú)
    Un saludo

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