martes, 31 de diciembre de 2013

Cielos de diciembre

Para cielos… los de diciembre. Claros, relucientes, azules, soleados y sin nubes. Cielos azules para despedir un año gris. Un año donde nos hemos ido descubriendo cómo los hombres podemos ser más crueles, más egoístas y más intolerantes. Pero en todo ese gris, sale algo de luz a través de una sociedad que cuando se ve en el peor de los momentos, saca su lado más generoso (ahí están las recogidas de alimentos, las donaciones de sangre o la entrega diaria de muchos anónimos). 


Viendo estos cielos azules donde mueren los años y se adivinan unos nuevos, uno ve cada vez más unos seres humanos que quieren ser más protagonistas (lo que toda la vida de Dios se ha dicho el niño en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el entierro). Hemos conocido cómo nos manejan los poderosos a sus anchas. Hemos visto los tejemanejes en nuestras narices. Hemos observado cómo se ríen de nosotros. Y nosotros…a lo nuestro. A nuestro día a día. Al pensar solamente en el día de mañana y no en el futuro. Porque así nos han enseñado. El “así nos va” o “las cosas son como son” o “Esto es lo que hay” se nos calado como el frío húmedo se cala en los huesos. Este año que muere en los cielos soleados de diciembre ha sido el de una sociedad callada, abatida, que se ha visto desbordada y ahora entona el mea culpa algunas veces y ladra otras en las barras de las tabernas. 
Quiero pensar, deseo pensar, creo pensar que el nuevo año sea de levantarnos. Pero no contra los gobiernos, los banqueros, los poderes fácticos y los ocultos. Primero, seamos capaces de levantarnos contra nosotros mismos. Contra nuestro pesimismo, nuestra avaricia y nuestro ego. La ceguera que nos cubre nos ha hecho olvidar al que está al lado nuestro. Espero que estos cielos azules nos quiten la venda de los ojos, nos limpien el corazón y hagan que seamos, al menos, un poquito mejores en este año que entra.


Feliz 2014.

Juan Manuel Luna Cruz

viernes, 13 de diciembre de 2013

Una sociedad paranoica

-¡Bernardo! ¡Cuánto tiempo! Creí que te había pasado algo.

Bernardo cazado in fraganti mirando al horizonte
-Que va Juana, digamos que hemos sufrido una especie de ERTE en nuestras carnes perrunas…

-No bromees con esas cosas, que hay mucha gente sufriendo.

-Vale, pero entonces, ¿no podemos bromear con nada? Porque las cosas están para llorar o para partirse de risa. Y yo, personalmente, me decanto por la segunda.

-Sí, pero si tienes a alguien al lado que lo está pasando mal, no vas reírte en su cara, ¿no?

-Anda que tú expones unas situaciones… ¡pues claro que no me río en la cara de alguien que lo está pasando mal! Pero a esto hay que ponerle de vez en cuando buena cara porque si no caemos en la resignación, y ahí, en ese momento, es cuando nos pueden manejar.

-¿Quién nos puede manejar si estamos en la resignación?

-Pues los de siempre Juana, los que mandan, no me pidas nombres, caras o descripciones, pero siempre lo digo y nunca pararé de decirlo, somos unos títeres y cuando ya nos rendimos del todo, hacen con nosotros lo que quieren. Estos sujetos tratan a las personas y a la sociedad como les antoja y nos hacen caer en una paranoia colectiva que nos vuelve majaretas.

-¿Estás hablando de que la sociedad se ha vuelto paranoica?

-¿Y quién lo niega Juana? Dime quién. A lo mejor en un primer momento, al que te dicen que estás paranoico es a ti, pero te digo, fíjate la situación cómo es ahora: desde que naces, ya tienes que hacer unos deberes impuestos por la sociedad porque si no estás fuera de ella. Aparte de eso, la familia donde hayas nacido o el lugar donde hayas caído ya te sitúa en una posición por lo que moverte por el mundo va a ser más o menos difícil; después, con la puñetera crisis, tienes que saber de todo y de nada, es decir, tener una carrera, un máster, un doctorado, 5 idiomas, haber hecho 300 cursos, 10 años de experiencia trabajando para que luego te asignen un puesto donde te sirvan 2 o 3 cosas como mucho de lo que sabes; después tendrás que hacer un esfuerzo ingente para poder quedarte en ese puesto porque te han asignado como práctica y si no estás a gusto te dicen que hay 500 detrás de ti. Luego, hay que estar atento a aproximadamente a 10 millones de cosas al mismo tiempo: Twitter, Facebook, guasap, correo electrónico, tele, radio, páginas web y, entretanto, ¿dónde metemos a la familia? ¿a los amigos? ¿a un pequeño rato con ellos? ¿a una cerveza con los compañeros después del trabajo? ¿a un rato con las abuelas, con los sobrinos, con los titos? Ahora no, ahora hay que ser perfecto para que si eso, la maldita sociedad te acepte.
Juana intentando escabullirse

- Cierto Bernardo. La situación es paranoica. Pero cada uno tiene que hacer unos deberes para recibir unos derechos. Lo que dices de una carrera, un máster, 5 idiomas…es cierto, pero todo eso es el camino para la meta que quieras conseguir. Aquí, una de las pocas cosas que se cumple es el tiempo. Y el tiempo suele recompensarnos por nuestro esfuerzo. A lo mejor, no es todo lo que queríamos. Pero los caminos de la vida son torcidos. Las ansias de querer todo tan temprano nos pueden a todos, pero si un día no estamos atentos a todas las noticias que pasan a nuestro alrededor, pues que se vayan a hacer puñetas. El que mucho abarca, poco aprieta.

- Ya, pero eso al final solo se queda en la teoría. Me gustaría que esta sociedad aprendiese a valorarnos tal y como somos y no pidiéndonos todos los días lo del infinito y más allá.


- Sin embargo, Bernardo, tampoco nosotros podemos quedarnos dormidos en los laureles. Tenemos que querernos a nosotros mismos y valorar todo lo que escuchamos, vemos, observamos, conocemos y adentrarnos para conocerlo mucho más. Si no, seremos unas meras máquinas de manejar tuiter o guasap a la que un día le preguntarán por quién era Napoleón o qué pasó en el año 1978 en España y no sabremos contestar. Ahí es cuando nos manejarán.

Juan Manuel Luna Cruz

martes, 10 de diciembre de 2013

Caravaggio en San Vicente

La noche está acabando. Las cofradías del Lunes Santo ya están volviendo a sus templos. Se nota cómo la gente va huyendo de la oscuridad. Solamente las luces de los cirios, las ascuas de los palios y la luna creciente vencen a las sombras que inundan la ciudad.

Sin embargo, para el pintor es el escenario perfecto. El espacio idílico donde crear su obra de luces y sombras. Con su lápiz y su cuaderno, el artista pasea desde la puerta de la parroquia de San Vicente calle arriba a través de Cardenal Cisneros y Virgen de los Buenos Libros. Cuando solo avanza unos pasos, se encuentra a la Cruz de Guía y los dos faroles que la acompañan. Se coloca delante y realiza los primeros trazos de los ángulos por donde aparece y desaparece la luz. Él busca un punto donde nazca una luminaria y pueda desarrollar desde ahí toda la escena.


Se levanta la Cruz y la Cofradía avanza. El rúan moldea las ondas que busca el artista para luego trasladarlo a sus cuadros barrocos. La calle está tranquila hasta que llega el Señor de la Penas. El público acompaña en silencio el paso. La música de capilla, las pocas órdenes del capataz, el racheo de los costaleros o el crujido de las maderas son los únicos elementos que dan sonido al ambiente. El pintor se lamenta de no poder meterlos en su cuadro. Sin embargo, los reflejará para que el espectador sueñe con lo pintado. El artista siempre intenta buscar en una escena algún punto que introduzca a quien está viendo la pintura en ella. Aquí no hace falta. Es la cara del Señor la que nos atrae con su infinita gravedad. El Señor nos busca con su mirada para pedirnos que le ayudemos y que, al mismo tiempo, ayudemos al resto de nuestros hermanos que están pasando por esta calle de la Amargura tan larga.

Mientras que el paso está detenido, toma algunos apuntes de los colores y las formas del Señor: la corona de espinas, sus ojos que se posan en cada persona que le mira a la cara, la mano que abraza la cruz, la que se posa sobre la tierra, el pie que se escapa de su túnica…Mientras que el pintor dibuja, el paso se levanta y se marcha hacia San Vicente.

De la página web: Rafaes
El cortejo sigue avanzando y de lejos se escuchan los acordes de la banda. Poco a poco, se va adivinando el palio por los sonidos de las caídas que chocan con los varales. La Virgen de los Dolores se aparece en medio de un ascua de luz que alumbra su pena y se dirige, como su mirada, hacia el cielo. El artista ha visto su cenit, lo que él buscaba, lo que él pretendía enmarcar para la posteridad. El palio de la Virgen se mueve con mesura y medida. Aquí no bailan los pasos, aquí se mecen. En los dibujos a lápiz se recogen los movimientos sublimes de esta belleza. Cuando encara la puerta de la parroquia, del interior del templo también emana la luz que busca el pintor. Desearía él detener el tiempo para poder pintar eternamente este momento. Sin embargo, él mismo reflexiona y piensa que lo efímero es lo que vale y lo que perdura para siempre.

Cuando llega a casa, no puede descansar. Las ansias le llevan a enfrentarse con los pinceles y el lienzo y plasmar la cara del Dios caído que te busca con su mirada para ayudarlo a levantarse y la Madre que implora a los cielos por el sufrimiento de su Hijo. El artista busca la luz, busca la sombra, hace que la primera nazca de un punto para buscar a la verdadera Luz que ilumina nuestras vidas: Jesús de las Penas y su Madre de los Dolores. 

Juan Manuel Luna Cruz

lunes, 4 de noviembre de 2013

Noviembre

                                         Foto: reinadetodoslossantos.blogspot.com

No sé por qué, pero a un servidor le da la sensación que la estación que más le gusta a los sevillanos después de la primavera es el otoño. No sé por qué, pero se palpa en el ambiente, en las caras de las personas, en los gestos…Disfrutamos con este tiempo tan triste para algunos y tan bello para otros. Dentro de esta época del año, que es de espera porque aquí vivimos siempre en vísperas, noviembre es el mes de transición entre el inicio del período con las primeras lluvias el día del pilar y los últimos coletazos cuando las Esperanzas de la ciudad bajan de sus camarines y de sus altares para que les besemos las manos, aquellas que cobijarán al Señor que nacerá en Nochebuena. Noviembre, en general, es un mes rutinario, como de pasada, con apenas fiestas, relacionado directamente con los difuntos, con los que ya no están con nosotros y que nos cuidan desde los cielos. Un mes donde los atascos parecen que provocan, con el humor de las gentes, ese cielo plomizo unido a esa fina lluvia, que moja la gabardina con la que nos cubrimos muchos, con la que vamos divagando por la ciudad que nos vio nacer. El frío ya llega a los huesos y comenzamos a preparar las copas de cisco y de alhucema en los hogares, debajo de las mesas de camilla donde la familia se sienta para reírse un rato y contar las penas.

Sin embargo, este mes tiene un encanto especial, la ciudad tiene una luz diferente, que no brilla tanto como el Domingo más esperado del año, que no tiene tanta fuerza como la mañana que huele a juncia y romero, que no se levanta tan temprano para ver una cara tan hermosa atravesar la Puerta de los Palos un día de agosto…pero, un humilde servidor tiene la corazonada de que este tiempo nos gusta. Lo descubre cada año en el barrio, en la plaza y en los puestos; noviembre es especial. Mientras le llevamos a los que ya no están flores al cementerio, mientras la vida es una rutina en todas las calles: los niños al colegio, las compras en la calle de la Feria y en la de Amargura… algo se nota dentro de la parroquia que hace que el mes sea más bello en la collación. El centro del barrio (que es la parroquia, aunque haya otros que digan lo contrario, porque no hay otro lugar que aglutine a tantos vecinos), prepara sus fiestas para su Reina y patrona.

El imponente paso ha llegado desde la casa de González Cuadrado, el coro retumba todas las tardes y se escucha hasta desde el improvisado puesto de castañas colocado en la entrada del templo, el incienso llega hasta el techo mudéjar y a todos los rincones de esta iglesia que tanto ha vivido, el baldaquino se encuentra lleno de cera y flores rodeándola y las gentes van llegando con sus abrigos y rebecas para estar con Ella. Después de mirar las caras de mis vecinos y de aquellos que ya no viven en el barrio, pero vienen a verla todos los años, me doy cuenta de quién nos alegra e ilumina cada mes de noviembre en la calle de la Feria (al resto de la ciudad todavía no lo he descubierto). Ella es, como su nombre indica, nuestra Mediadora en estos tiempos tan complicados que nos ha tocado vivir y siempre está a nuestro lado intercediendo por nosotros ante su Hijo, que lo arropa en sus brazos. Es la Reina de Todos los Santos.

Juan Manuel Luna Cruz

jueves, 24 de octubre de 2013

España, ¿reinos de taifas?

Hoy aparece una noticia en varias páginas web de periódicos y otros medios de comunicación en la que una asociación de Málaga está recogiendo firmas para crear lo que ellos llaman una comunidad autónoma uniprovincial porque, entre otras razones, ellos opinan que la Junta de Andalucía centraliza toda su actividad en Sevilla y se olvida del resto de provincias, sobre todo de las orientales. 

También estamos “jartos” de escuchar por radio, ver en la tele y leer en la prensa y en internet, el debate soberanista de Cataluña y su posible independencia, secesión, creación de un nuevo Estado o lo que Dios quiera que sea.

Aparte, me gustaría comentarles (no sé si a ustedes les pasa) que cuando salgo de Andalucía hacia otra región de España, uno llega a sentirse en un país diferente. A lo mejor, he exagerado; pero la sensación que uno percibe es esa, o al menos de sentirse muy, muy lejos de su casa. Y eso, sin salir del país.

De estas 3 situaciones que les he expuesto, uno se pregunta ahora… ¿somos realmente un país unido o aquí cada uno va por su lado? ¿Han desaparecido los denominados reinos de taifas o siguen vigentes en la actualidad? Para aquel que ande un poco perdido, le resumo. Los reinos de taifas fueron un conjunto de reinos que aparecieron en Al-Andalus, después de la desaparición del Califato de Córdoba, donde gobernaban emires, virreyes, jefes, jueces y otros personajes. Cada reino tenía su capital, sus leyes, sus impuestos y estaban todos los días peleándose y conquistándose unos a otros.

Eso no sólo pasaba en los territorios musulmanes. En los territorios cristianos de la Península Ibérica permanecieron durante mucho tiempo pequeños reinos como el de León, el Condado de Castilla, Navarra, Aragón y los Condados Catalanes.

Con el tiempo y los siglos, todos estos territorios se fueron “uniendo” bajo uno solo que se instauró en el siglo XV que es España. Sin embargo, mi pregunta es: ¿realmente han desaparecido o esto es algo más que una mezcla de culturas y distintas concepciones de España? Uno observa muchas veces que aquí cada uno mira para su ombligo y del resto nos acordamos solamente cuando nos afecta. Los catalanes, evidentemente, tienen en su territorio su debate soberanista. Andalucía tiene graves problemas sociales que debe arreglar y, por eso, no atiende a nadie más. Incluso algunas veces ni a los propios andaluces. Galicia se desmarca del resto de territorios y sigue su curso. Castilla-la Mancha tiene una presidenta que vive más en Madrid que en Toledo, la capital de la comunidad autónoma. El País Vasco se le presenta una situación bastante complicada después de la resolución de la doctrina Parot con la posible salida de presos etarras de las cárceles y la relación con las víctimas. Las Islas Canarias solamente nos acordamos de ellas para dar una hora menos. A Ceuta y Melilla la miramos cuando hay problemas con inmigrantes…

¿Qué país es este?, se preguntará alguien que venga de fuera para hacer un largo viaje por distintas capitales españolas. La variedad y la diferencia de sistemas desde norte a sur y de oeste a este de nuestro territorio es un tema bastante preocupante. La centralización no es buena porque todo no se puede manejar desde Madrid pero tampoco tiene que ser esto el libre albedrío. ¿Hay que revisar las competencias? ¿Hay que modificar la Constitución porque no estamos contentos con la situación? Sentémonos a dialogar, que nadie pegue un puñetazo en la mesa y se levante y hagamos que esta sociedad sea solo una y no 19. 


Juan Manuel Luna Cruz

domingo, 13 de octubre de 2013

Huir a la Arcadia




Tiene la tarde el color de la panza de Platero, el burro del poeta que desnudó a la poesía de florituras. Paseas por la ciudad ¿de la gracia o de la guasa? ¿De la gracia de José María Izquierdo o de la guasa de Antonio Burgos? Feria es ancha desde Omnium Sanctorum hasta la Plaza de los Carros. Allí, en una pequeña capilla, nos recibe una Virgen con su mano entregada a los fieles. Regina fue la unión entre un barrio y el centro. Fue un epicentro de comercios, de los de toda la vida. La “reconversión” de la Encarnación dejó en coma a esta rúa con nombre de convento. Ahora, los hipsters, una cultura llegada desde fuera, la han revitalizado. Eso es bueno. Se pueden ver en sus tiendecitas y pequeñas abacerías un toque de antiguo pero elegante. Una nueva forma de entender y vivir la vida. 




Llegas al estrambótico lugar. A los champiñones, a las Setas. Así se ha quedado en el urbanismo sevillano. Ni Metropol, ni Parasol, ni Jurgen Mayer. Son las Setas de la Encarnación y de Monteseirín. Las gigantescas columnas de cemento se comen la tranquila placita pegada a Puente y Pellón. Como dos soldados, uno fuerte y otro endeblucho, allí aguantan el ficus y la fuente. Recuerdan a la obra ultra-modernista quién llegó antes. Desde Puente y Pellón se divisa la linterna del Salvador. Esta te atrae por su gravedad infinita, sin embargo, tu camino es distinto del bullicio. Coges los callejones tras la Compañía. Buiza y Mensaque, Lagar y Acetres para llegar a Cuna, la calle medida. En Acetres, te vuelves a parar, como siempre. Ya le has hablado muchas veces a la gente sobre este lugar. La casa de Luis Cernuda. Ahora es una cristalería. El segundo piso está derrumbado. ¿Quién sabe si el peso del tiempo ha podido sobre la eternidad? Nos reciben los cristales y los espejos. Ellos son el mismo reflejo del paso del tiempo sobre nuestro cuerpo y nuestra alma. Ellos van señalando la realidad de cada día y como los años aparecen y no vuelven atrás. Sin embargo, siempre hay una posibilidad de escapar y huir a la Arcadia. Espero que lo recordemos olvidando los espejos del tiempo y atrapando la luz a través de un toldo de estrellas de seis puntas, como lo hacía Cernuda.


Juan Manuel Luna Cruz

domingo, 6 de octubre de 2013

La Resurrección realizó Jornada de Puertas Abiertas en Santa Marina



Ábside de la Iglesia de Santa Marina

Capilla del siglo XIV

Vistas de la ciudad

Torre de la Iglesia de San Pedro y la Giralda de fondo

Barrio de Santa Marina

Cúpula y torres de Santa Luis

La Hermandad de la Resurrección organizó ayer sábado una Jornada de Puertas Abiertas en su templo de Santa Marina y San Juan Bautista de la Salle para dar a conocer lugares habitualmente cerrados al público como la azotea del ábside, las cubiertas de la sacristía, el cuerpo de campanas de la torre o el patio Amigos del Arte, y que permiten contemplar y disfrutar de esta joya del gótico-mudejar.





San Luis y las Setas de fondo
La visita era guiada y explicada por hermanos y conocedores del arte mudéjar y de esta iglesia de la calle San Luis. Primero, se hacía un recorrido por los exteriores para entender la forma de construcción de esta fábrica del siglo XIII. Los guías analizaron el ábside, con contrafuertes parecidos a los de un castillo medieval; las capillas y la puerta principal, donde se pueden observar las representaciones de Dios Padre y cuatro Santas Vírgenes.

En el interior, se pudieron descubrir los nichos de sepulturas de vecinos de la feligresía, la capilla de Nuestra Señora de la Aurora, con la cúpula con trompas y elementos mudéjares, el ábside y la capilla Mayor presidido por el Señor Resucitado, con bóveda de nervaduras.

En la capilla Sacramental se pudieron observar las lápidas de la familia Hinestrosa, a la cual pertenecía Doña María de Padilla, amante de Pedro I. Así mismo, la capilla de Nuestra Señora del Amor permitía disfrutar de la hermosa cúpula gallonada que se conserva a pesar de los incendios y terremotos sufridos por este templo.


San Gil y puente del Alamillo

Para terminar, los visitantes podían subir al cuerpo de campanas y al techo del ábside para deleitarse con las vistas de la ciudad desde esta joya que la Hermandad de la Resurrección ha abierto de par en par con motivo del Año de la Fe y que nos ha servido para conocer un poco más a cacho de nuestra historia y nuestra cultura.

Juan Manuel Luna Cruz





Campana y la Torre Pelli de fondo

Vista de la zona este de la ciudad

Vista de la zona oeste de la ciudad

Antiguo Convento de Montesión

Omnium Sanctorum y el Aljarafe

De izquierda a derecha: Torre Pelli, Torre Schindler, Torre Triana y San Lorenzo 

martes, 24 de septiembre de 2013

La Última Luz del Verano

Dedicado a Alberto Fraile

Si la primera luz del otoño la recibe la Amargura en el milagro de cada 19 de septiembre cuando el sol besa su cara, el último rayo del estío da a la Virgen de las Mercedes cuando sale de su capilla cada último sábado del mes citado. 
De la página web: Rafaes

La Puerta Real y la pequeña placita que antiguamente era porticada se queda pequeña cuando los rayos atronadores inundan el lugar y buscan hacer más grande la aureola de la Virgen. Es el otro milagro que nos regala el último mes del verano, donde se confunden las gentes que vuelven de las playas y las primeras hojas caídas. Son los últimos días de camisas con manga corta y abanico porque en poco tiempo se pasará a la rebequita y la chaqueta fina. El sol atraviesa las colinas del Aljarafe, busca San Laureano e ilumina el paso para que toda la calle Alfonso XII reciba la belleza de Ella.

San Vicente, ese barrio donde las calles estrechas parecen galerías de un convento entre barreduelas de naranjos, casas señoriales y balcones que casi se juntan unos con otros; dan la bienvenida un año más a su Virgen de la Ventana, a la Señorita del Museo que recibe siempre las 24 horas al que quiera hablarle a través de los cristales.

El Museo, con sus impresionantes árboles de liana, acoge la pequeña procesión, humilde pero llena de hermanos guiados por su Madre, la cual redime siempre a los cautivos, aquellos prisioneros de la sociedad, de la exclusión, del paro y de otros males que provocamos los seres humanos. Para ellos, Ella siempre va a tener una sonrisa.

La Parroquia del barrio, con su inscripción sobre el pórtico: “la casa de los pobres es la escalera del cielo”, bendecirá a su Vecina un año más. Las hermandades llenarán la puerta y el sol se despedirá para que se propague por la collación la verdadera luz que da sentido a nuestro día a día, Mercedes.

La noche caerá sobre la calle Abad Gordillo y las últimas brisas veraniegas jugarán con las esquinas en Mendoza Ríos, Redes o Plaza de Rull. Las marchas se suceden sin solución de continuidad mientras desde las casas se tiran pétalos. La procesión es como un niño, cuando sale es como un alborozo; mientras que cuando ya viene de vuelta, es más ordenada y recogida.

Los vecinos ven un año más como la Virgen de las Mercedes se les va hasta el año que viene si Ella quiere. Algunos la acompañan hasta su humilde capilla, detrás del paso, a su lado o entre el cortejo donde van los hermanos con los cirios gastados. El capataz ya tiene en su chaqueta algunos chorreones de cera. Muchas flores del paso se han quedado en el camino, en las casas donde hace falta. Si Dios y su madre no se quedaran en las casas de las personas, esto no serviría para nada.

El paso ya ha dado la vuelta en la última chicotá, la banda toca los últimos acordes. Suena el martillo. Los zancos al suelo. Mercedes se encara hacia sus vecinos y deja escapar la última luz del verano de la Ciudad de la Gracia. 

Juan Manuel Luna Cruz

lunes, 16 de septiembre de 2013

Córdoba vivió su Vía Crucis Magno, lleno de belleza e recogimiento

La ciudad califal disfrutó de su acto del Año de la Fe con 18 pasos de diferentes hermandades, las cuales rezaron las estaciones en el entorno de la Mezquita-Catedral

Reina de los Mártires bajo la torre de San Hipólito

Único palio del Vía Crucis en la avenida del Gran Capitán

Cruz de Guía del Rescatado

Jesús Rescatado
                                               

Desde hora muy temprana, numerosas personas venidas de muchos lugares de Andalucía paseaban por la Judería o el Puente Romano. La mañana se tornaba conforme pasaban las horas de gris a azul. El sol apretaba con fuerza y se llenaban los bares y restaurantes que participaban en la Ruta de las Tapas Cofrades, promocionada por el Ayuntamiento y la Agrupación de Cofradías en colaboración con los hosteleros cordobeses.

Coronación de Espinas bajo el sol
Mientras, sonaban los últimos acordes del pasacalle “Sones de Fe”, donde distintas bandas de la provincia se pasearon por las principales arterias del casco histórico como la calle San Fernando, Cardenal González o Torrijos.

Se acercaba la hora de la salida del primer paso y el nerviosismo aumentaba por momentos. A las 16:15 de la tarde, los alrededores de la Real Colegiata de San Hipólito, desde donde saldría a las 17:00 la Reina de los Mártires, se encontraban repleto de personas que esperaban al único palio del cortejo del Vía Crucis Magno. La titular de la hermandad de la Buena Muerte, representaría a todos los mártires cordobeses y recibiría una ofrenda floral en la plaza del Triunfo en recuerdo a todos aquellos que no abandonaron su Fe.
El capataz llama a los costaleros

La llegada de la banda Julián Cerdán de Sanlúcar de Barrameda fue recibida con aplausos y vítores en la plaza de San Ignacio de Loyola. El cortejo salió muy rápido y el palio se echó a la calle a los sones de la Marcha Real, Saeta Cordobesa y Estrella Sublime, entre otras composiciones que se sucedían una tras otra mientras que el paso avanzaba por la avenida del Gran Capitán.

Salida del Cristo de Remedios y Ánimas

A partir de ese momento, se sucederían las salidas de los templos desde distintos puntos de la ciudad. En la plaza del Corazón de María, Nuestro Padre Jesús Nazareno Rescatado atravesaba la puerta de la Parroquia de Santa María de Gracia y San Eulogio. Pocos metros más atrás, Nuestro Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas se acercaba al centro de la ciudad desde el paseo de la Virgen de la Merced. En la calle María Auxiliadora, se podía ver una hermosa estampa de los dos pasos avanzando al mismo tiempo.

Iconografía antigua de Cristo Crucificado con el sol y la luna bordados
En la plaza de San Lorenzo y a las puertas de la parroquia del mismo nombre, crecía la expectación por ver al Santísimo Cristo de Remedios y Ánimas en la calle con la luz del sol. A las 18:30 de la tarde, se abría el portón de la Iglesia y comenzaban las campanas de la esbelta torre a tañer. Los sonidos se mezclaban con el rezo del Santo Rosario y las voces de los hermanos entonando el Miserere detrás del único paso que llevaba ruedas en este acto. El cortejo, medido y perfecto buscaba poco a poco la Carrera Oficial de este Vía Crucis Magno.

Por la plaza de la Magdalena avanzaba con el esfuerzo de sus hermanos costaleros Nuestro Padre Jesús de las Penas de la hermandad de la Esperanza. La hermandad de la Estrella y su impresionante paso de Jesús Negado por Pedro llegaba por los Jardines de Colón al centro de la ciudad. En San Basilio sonaban acordes sevillanos de la Agrupación Musical Nuestra Señora de los Reyes tras Nuestro Padre Jesús de la Pasión. La torre de la Mezquita guiaba al paso de La Sentencia entre naranjos y jazmines en una tarde de color anaranjado.

El punto de unión de las cofradías, la Cruz del Rastro, estaba repleto de familias, grupos de muchachos, personas mayores…que esperaban la llegada de los distintos pasos desde las calles San Fernando, Lucano y Cardenal González. Hubo algunos problemas en este punto del recorrido debido a la masificación de público, el cual provocó el retraso de la entrada de los pasos en el recorrido oficial. Sin embargo, al final el ritmo se recuperó y las hermandades entraron poco a poco en la Ronda de Isasa.

Una estampa de gran belleza se daba en la calle San Fernando, donde se podían ver hasta 4 pasos seguidos, con los candelabros encendidos y rodeados de frondosos naranjos, que parecían formar parte del exorno que acompañaban a las Sagradas Imágenes.


Cortejo de la hermandad de Ánimas
Misterio de la hermandad de la Esperanza
Todas las previsiones se descontrolaron y se superaron las 150000 personas en la calle. Todas las sillas dispuestas en el entorno de la Mezquita fueron ocupadas y la finalización del Vía Crucis se alargó hasta pasada la medianoche. Después de la homilía del Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y la adoración del Santísimo Sacramento; comenzaron los regresos de las hermandades a sus sedes canónicas. La Coronación de Espinas y el Santo Sepulcro fueron las primeras en abandonar la Catedral debido a la lejanía de su templo y una petición expresa a la Agrupación de Cofradías, respectivamente. Así, todos los pasos iban abandonando el primer Templo de la ciudad califal y volverían de vuelta en medio de una noche donde quedarían todavía hermosos momentos por vivir en un jornada donde Córdoba se llenó de belleza, intensidad y recogimiento junto a sus hermandades.

Santo Sepulcro
Hermandad de la Estrella


Juan Manuel Luna Cruz

viernes, 30 de agosto de 2013

Anchos campos de la meseta norte

Plaza Mayor de Valladolid
La Vía de la Plata era una calzada romana que antiguamente unía el sur con el norte de España en su parte oeste. Decían que comenzaba en la antigua Híspalis (actual Sevilla) y llegaba a los puertos gallegos y asturianos del Atlántico y Cantábrico. Pasaba por ciudades como Emerita Augusta (hoy Mérida) o Salmantica (actualmente Salamanca). Esa calzada hoy se ha convertido en autovía y sigue uniendo toda la parte oeste de la península en un camino que lleva a distintos puntos de la geografía española donde nos sorprendemos al descubrir nuevos lugares y urbes realmente hermosas.

Después de atravesar el Valle del Jerte y despedirse de Extremadura, uno se adentra en los campos de Castilla, tan recitados, nombrados y cantados. Cuando se ven esos inmensos trigales, con la unión del cielo azul y el dorado campo, uno empieza a comprender la belleza sobria de estas tierras de vinos y quesos.
Edificio vallisoletano
Valladolid es la ciudad de Castilla. Es la capital. Se nota en sus edificios, su gente y su forma de ser. Las calles, aunque repletas de personas y movimiento, siempre están limpias y sin ningún desorden. Su Plaza Mayor, siempre saca buena nota cuando se le pasa revista. No existen los gritos ni el bullicio en su mercado y sus calles. La gente habla muy bajo. Casi ni se le percibe. Sus ojos reflejan la sobriedad y el respeto por el silencio. Por eso, las miradas son extrañas cuando se descubre a un forastero. Algo que deja de desear es la organización de horarios a los monumentos ya que muchos de ellos están cerrados en horas normalmente de visita. Llamativos son también sus templos, fríos, medidos, sin ningún detalle fuera de lo normal (y eso que este lugar fue el centro de una gran escuela barroca con Gregorio Fernández a la cabeza). Solamente se observa una imagen sobre un pedestal de piedra, presidiendo la nave central. Otra vez se descubre un imponente retablo barroco, de la escuela citada anteriormente y que recuerda a las obras realizadas por Montañés y su taller en Sevilla y alrededores.

Sin embargo, uno halla la respuesta de la frialdad de las iglesias en el Museo Nacional de Escultura, donde fueron a parar numerosas obras de arte tras la desamortización de Mendizábal en 1835. Auténticas joyas de Alonso Berruguete, Juan de Juni o el nombrado Fernández llenan las salas. Desde altares desmontados hasta pequeñas piezas para oratorios particulares forman parte de esta colección. Sin duda, la obra maestra es el Entierro de Cristo de Juan de Juni.

Paso del Descendimiento de Gregorio Fernández
Sorprendido se queda uno al descubrir la concepción de la Fiesta más grande de los vallisoletanos: la Semana Santa. Les resumo, más o menos, cómo funciona la cosa. En las iglesias solamente están las imágenes titulares de cada cofradía (hasta ahí se entiende). Sin embargo, hay pasos enteros, con esculturas de Cristo y la Virgen metidos en museos o en naves pertenecientes a las cofradías. A uno le impacta ver una imagen sagrada como un crucificado, colocado en su paso, pero dentro de un museo. A pesar de ello, hay que darle un punto a favor ya que poseen un espacio donde se pueden observar sus pasos procesionales y explican su Fiesta Mayor. ¿Para cuándo en Sevilla? Ahí dejo caer la pregunta.

Capilla con reliquias de santos en las paredes
El camino continúa hacia Zamora. Ciudad del Duero y hermosa urbe románica que desgraciadamente es considerada de paso para los visitantes obviando todo lo que se pierden. El carácter de sus gentes es más campechano que Valladolid. La calle principal, que va desde las afueras hasta la Catedral, concentra los lugares más importantes. Pero, para descubrir esta villa hay que perderse por sus callejuelas y descubrir sus miradores sobre el río, sus casas nobiliarias, sus arrabales o su imponente Catedral, con su cúpula de escamas gallonada, ejemplo para otros templos castellanos. La forma de ser de sus gentes también se demuestra en sus bares, donde la charla y las tapas se acercan más a nosotros que los restaurantes y pinchos vallisoletanos, que tiran más para el norte.


El camino de vuelta atravesaba de nuevo las anchas campiñas de la meseta norte, aquellas que huelen a vino, saben a queso, chacinas y lechones y recuerdan a los textos de José Zorrilla, don Antonio Machado y Miguel Delibes.

Juan Manuel Luna Cruz




Iglesia de Valladolid

Puerta de la muralla zamorana. De fondo, la cúpula catedralicia

Río Duero a su paso por Zamora

martes, 27 de agosto de 2013

Dionisos y Apolo

Los borrachos o El Triunfo de Baco, cuadro de Velázquez 


Apolo y Dafne, escultura de Bernini
Los sentimientos, a flor de piel,
El deseo, como un fuego vivo en el interior;
La realidad, como una neblina en la cabeza…
Todo se nubla al pensar con el corazón,
El revoloteo de la memoria que hace que la carne sea más carne todavía
Y el espíritu se desvanezca.
Aquí, no cabe Platón, cabe Nietzsche y su Dionisos.
Las leyes no existen, solo el impulso.
Los ángeles son para morderlos y los demonios para perderse con ellos.
El mundo es lo que considere nuestro espacio y nuestro tiempo.
Y nada más. 

Juan Manuel Luna Cruz