-¡Bernardo! ¡Cuánto tiempo! Creí
que te había pasado algo.
Bernardo cazado in fraganti mirando al horizonte |
-Que va Juana, digamos que hemos
sufrido una especie de ERTE en nuestras carnes perrunas…
-No bromees con esas cosas, que
hay mucha gente sufriendo.
-Vale, pero entonces, ¿no podemos
bromear con nada? Porque las cosas están para llorar o para partirse de risa. Y
yo, personalmente, me decanto por la segunda.
-Sí, pero si tienes a alguien al
lado que lo está pasando mal, no vas reírte en su cara, ¿no?
-Anda que tú expones unas
situaciones… ¡pues claro que no me río en la cara de alguien que lo está
pasando mal! Pero a esto hay que ponerle de vez en cuando buena cara porque si
no caemos en la resignación, y ahí, en ese momento, es cuando nos pueden
manejar.
-¿Quién nos puede manejar si
estamos en la resignación?
-Pues los de siempre Juana, los
que mandan, no me pidas nombres, caras o descripciones, pero siempre lo digo y
nunca pararé de decirlo, somos unos títeres y cuando ya nos rendimos del todo,
hacen con nosotros lo que quieren. Estos sujetos tratan a las personas y a la
sociedad como les antoja y nos hacen caer en una paranoia colectiva que nos
vuelve majaretas.
-¿Estás hablando de que la
sociedad se ha vuelto paranoica?
-¿Y quién lo niega Juana? Dime
quién. A lo mejor en un primer momento, al que te dicen que estás paranoico es
a ti, pero te digo, fíjate la situación cómo es ahora: desde que naces, ya
tienes que hacer unos deberes impuestos por la sociedad porque si no estás
fuera de ella. Aparte de eso, la familia donde hayas nacido o el lugar donde
hayas caído ya te sitúa en una posición por lo que moverte por el mundo va a
ser más o menos difícil; después, con la puñetera crisis, tienes que saber de
todo y de nada, es decir, tener una carrera, un máster, un doctorado, 5
idiomas, haber hecho 300 cursos, 10 años de experiencia trabajando para que luego
te asignen un puesto donde te sirvan 2 o 3 cosas como mucho de lo que sabes;
después tendrás que hacer un esfuerzo ingente para poder quedarte en ese puesto
porque te han asignado como práctica y si no estás a gusto te dicen que hay 500
detrás de ti. Luego, hay que estar atento a aproximadamente a 10 millones de
cosas al mismo tiempo: Twitter, Facebook, guasap, correo electrónico, tele,
radio, páginas web y, entretanto, ¿dónde metemos a la familia? ¿a los amigos?
¿a un pequeño rato con ellos? ¿a una cerveza con los compañeros después del
trabajo? ¿a un rato con las abuelas, con los sobrinos, con los titos? Ahora no,
ahora hay que ser perfecto para que si eso, la maldita sociedad te acepte.
Juana intentando escabullirse |
- Cierto Bernardo. La situación
es paranoica. Pero cada uno tiene que hacer unos deberes para recibir unos
derechos. Lo que dices de una carrera, un máster, 5 idiomas…es cierto, pero
todo eso es el camino para la meta que quieras conseguir. Aquí, una de las
pocas cosas que se cumple es el tiempo. Y el tiempo suele recompensarnos por
nuestro esfuerzo. A lo mejor, no es todo lo que queríamos. Pero los caminos de
la vida son torcidos. Las ansias de querer todo tan temprano nos pueden a
todos, pero si un día no estamos atentos a todas las noticias que pasan a
nuestro alrededor, pues que se vayan a hacer puñetas. El que mucho abarca, poco
aprieta.
- Ya, pero eso al final solo se
queda en la teoría. Me gustaría que esta sociedad aprendiese a valorarnos tal y
como somos y no pidiéndonos todos los días lo del infinito y más allá.
- Sin embargo, Bernardo, tampoco
nosotros podemos quedarnos dormidos en los laureles. Tenemos que querernos a
nosotros mismos y valorar todo lo que escuchamos, vemos, observamos, conocemos
y adentrarnos para conocerlo mucho más. Si no, seremos unas meras máquinas de
manejar tuiter o guasap a la que un día le preguntarán por quién era Napoleón o
qué pasó en el año 1978 en España y no sabremos contestar. Ahí es cuando nos
manejarán.
Juan Manuel Luna Cruz
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