Entre los muchos regalos que nos
han traído sus Majestades los Reyes Magos de Oriente se encuentran los aparatos
tecnológicos como tablets, móviles de última generación o portátiles modernos.
Las torres de ordenadores fijos y los ladrillos de nokia se han quedado atrás.
Ahora, lo que vende es lo ligero, dinámico, accesible, con un diseño espectacular
y una velocidad nunca vista. Nuestras casas se están llenando de estos aparatos
con los que trabajamos, disfrutamos de nuestro tiempo de ocio, comemos, vamos
al váter y, alguno que otro, dormirá con ellos.
Estudio realizado sobre el uso de móviles y tablets en España |
La realidad se está trasladando a
una pantalla. No nos fijamos en lo que hay en la calle si antes no aparece como
aviso en la tablet o en el tuiter. Si no tienes todos esos elementos, muchos
dicen que no estás en la sociedad. Pueden tener o no razón. Yo, personalmente,
no la comparto. Aparte de que pienso abiertamente y sin tapujos que nos estamos
convirtiendo en borregos con este veneno que son los ordenadores, portátiles y
móviles, hay que tener en cuenta otra cosa: que lo que llevamos en la mano
todos los días es un auténtico peligro.
Se lo explico en primera persona.
Para poder funcionar el sistema de mi móvil y de la tablet que ahora tengo, he
tenido que poner mi correo y mi contraseña para que pueda activarse, es decir,
los 2 aparatos funcionan con mi correo electrónico personal. ¿Y si me roban? ¿Y
si le entra un virus a alguno de ellos? ¿Me tengo que aguantar y cambiar del
todo todas mis cuentas?
El riesgo con el que entramos en
el mundo de Internet no es conocido por nosotros. No sabemos que lo que
llevamos en el bolsillo ya no es un móvil, sino un ordenador donde guardamos
datos personales. El peligro está ahí y simplemente, lo aceptamos. Muchos me
podrán decir que yo también uso estos aparatos (más todavía ya que mi futura
profesión es asignatura obligatoria el uso de ellos), que si no participas en
Internet no eres nada, que el futuro está en las redes…Todas esas razones son
ciertas pero debemos tener en cuenta y valorar lo que exponemos en nuestro Feisbú y tuiter. Todo ello quedará reflejado siempre y alguien lo verá
alguna vez en algún lugar del planeta. Ahí es cuando nos daremos cuenta del
veneno tecnológico que nos han introducido y habrá que buscar una solución ante ello.
Juan Manuel Luna Cruz
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