La semana pasada nos enteramos de
una triste noticia como el cierre de la sede de Puleva en Sevilla por la bajada
en el consumo del producto. Esto ha
llevado a los dueños de la marca a cerrar una sede, y le ha tocado a nuestra
ciudad, concretamente, Alcalá de Guadaira. Llevamos ya un rosario de cierre de
plantas industriales como Saimaza, Roca, Flex…, dentro de un claro plan de
desmantelamiento industrial de Sevilla a la que la única respuesta posible son
movilizaciones de los sindicatos que pueden o no tener una respuesta por parte
de la empresa.
Foto: ABC de Sevilla |
Los ERES en las empresas
industriales en los últimos años en nuestra ciudad, provincia y región se
multiplican y aquí, nadie hace nada. Se anuncian muchas inversiones, y muchas
inversiones están entrando en la ciudad, pero…no son del sector secundario. Son
relacionadas con los servicios, la hostelería y el comercio. Ningún gran
industrial ha preguntado al ayuntamiento o a la comunidad autónoma por un
terreno donde poder desarrollar una factoría. Y aquí, nadie se mueve por buscar
algo. O al menos no aparece ninguna información acerca de ello. Nuestra ciudad
ya está convertida en una gigantesca tienda, o un enorme comedor. Muchos
periodistas y profesionales de la comunicación, de los que aprendo, admiro y
leo, se suelen quejar solamente de los veladores y el ruido de los bares. Pero
no les escucho la queja de la poca inversión en industria, ¿qué o quién los
calla? ¿Por qué no se habla profundamente de la no industria en Sevilla? ¿Por
qué no hay grandes investigaciones sobre la desaparición de polígonos
industriales?
Es una pena muy grande que el
territorio que tenemos, inmenso, prolífico, con muchas oportunidades en muchos
sectores como energías renovables, investigación, alimenticia…se esté perdiendo
poco a poco y se convierta Andalucía y Sevilla, concretamente, en una ciudad
terciaria donde los apoyos son pocos.
Hay que dar la vuelta a la
patata, hay que coger el toro por los cuernos y demostrar lo que valemos. Dar
oportunidades a las pequeñas empresas para que puedan desarrollar sus actividades
(pero de verdad, no dando diplomitas y golpecitos de espalda), hay que escuchar
las inquietudes de las personas que salen de la carrera y no saben qué hacer,
mostrarle un camino para que puedan desarrollarse como trabajador, no hay que
bajarse los pantalones con el dinero, venga de donde venga. Nuestra ciudad vale
mucho. Sus ciudadanos valen más. Por eso, entre otras muchas cosas, hay que
defender la industria en Sevilla, potenciarla y que no desaparezca. No seamos
solo corneta, tambor, capote y faralaes.
Juan Manuel Luna Cruz
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