Tranquilos, en la plaza, se encuentran sentados
nuestros reporteros más intrépidos: Bernardo y Juana, Juana y Bernardo. Miran,
como de costumbre los movimientos de sus dueños, observan el deambular de los
visitantes, pasean de una punta a otra para que no se le duerman las patas y
piensan, piensan mucho. Tienen tiempo y eso les hace meditar, ¿o es que un
chucho no puede pensar mientras contempla una escena? Andan preocupados porque
es época de pocas grandezas y demasiados suspiros.
-Oye Bernardo, ¿te acuerdas de cuando nos reíamos de
que el Pumarejo se independizaría antes que Cataluña? Pues creo que eso no va
a ser así. Las cosas siguen hacia
adelante y veremos cómo acaban.
-Anda, anda Juana…Para empezar, eso está muy lejos
de aquí y nosotros tenemos problemas día a día; y segundo, veo bastante
complicado que se asiente la idea de un estado catalán.
-¡Venga espabilao! Arguméntame, que eres tú muy
listo y sabes de todas esas cosas, además de que siempre tienes una solución.
-Por Dios, Juana, ni que se te fuera la vida en
ello. Yo que quieres que te diga…el concepto de un estado lo veo demasiado
grande para Cataluña, es verdad que desean una determinación desde hace tiempo,
pero no se puede montar lo que estamos viendo de la noche a la mañana. Yo soy
de esos que hacen madurar una idea, la dejan crecer, montan una teoría en todos
los aspectos (histórico, sociológico, político, geográfico, cultural, artístico,
lingüístico…) e intento convencer a los poderes de que lo que estoy clamando y
una parte de mi población también no es ninguna tontería. Pero esto que ha
aparecido de un mes para acá, me parece un poco absurdo y puede que lo que se
quiera es no mostrar los problemas que hay sobre la mesa, ocultándolos con
panfletos soberanistas. Yo escucharía a los catalanes pero con un plan serio de
soberanía, con causas y consecuencias, con un proceso de diálogo profundo entre
los partidos y los poderes públicos, y si la cosa sigue palante, pues palante.
Pero con todas sus consecuencias.
-¡Qué gran exposición Bernardo! Eres un verdadero
político. Pero eres como los de ahora. Los que no piensan en la gente. Solo en
un poder, en una idea que se esfuma con el tiempo. ¿Tú has pensado en las
personas? ¿En las familias? ¿En lo que puede acarrear con la que está cayendo
encima? No quiero caer en la demagogia, pero hay que hablar claro. Lo que se
quiere es un triunfo electoral, una foto, una portada de un periódico vendido a
unas siglas, un gran proyecto empresarial…No se piensa mucho en las personas
últimamente. Se piensa en España, en Cataluña, en el PP, en CiU, pero no se
tiene en mente en los que integran este país, ni en los catalanes de a pie, ni
los que votan a uno y a otro… solo en lo que te he dicho antes. Seguimos, una y
otra, y otra, cayendo en el mismo error. No aprendemos, no entendemos que ese
no es el camino, pero ni unos ni otros ni los de la moto…
-Juana, tú misma me dijiste que ni llorando un año
entero, nos iban a escuchar…
-Hasta que esto reviente de nuevo, como ha reventado
otras veces, y la Historia se volverá a repetir. Pensemos más en las personas
que en un cacho de tierra de aquí o allá. Dejemos al maldito dinero a un lado y
ayudemos a los que están pasándolo mal. La idea estará más gastada que la
portada de la Iglesia de Santa Catalina, pero es que no hay que cansarse de
repetirla a ver si se enteran de una vez.
-No sé si te escucharán esta gente, pero a ver si te
escucha Dios Juana, cuánta razón llevas.
Juan Manuel Luna Cruz
No hay comentarios:
Publicar un comentario