Un servidor ha escuchado varias veces que si
nuestros padres y abuelos despoblaron el campo y se fueron a la ciudad, nuestra
generación abandonará las grandes capitales y volverá a sus raíces: los
pueblos, aldeas y campos. Se trata de movimientos migratorios en forma de
péndulo. Este debate aparece muy poco en la opinión pública y hay numerosos
datos que corroboran que el futuro no está en las urbes, sino en los pueblos.
Hoy ha aparecido una noticia en El País en la que algunas villas del centro y
norte de España buscan desesperadamente familias con niños para que no les
cierren las escuelas y condenen a los pueblos a su desaparición. Los
consistorios de núcleos rurales de León, Teruel o Albacete ofrecen casas
gratis, cheques-bebé o trabajo para aquellos que se vayan a vivir al campo.
Otro datos que han aparecido en las recientes
semanas es que uno de los sectores donde los jóvenes que no encuentran puestos
de trabajo y se marchan a invertir es la agricultura, y lo mejor es que han
crecido los puestos de trabajo, nacen más cooperativas, la agricultura
ecológica ya no es algo romántico…Creo que estas cosas son para meditar y
buscar planteamientos para esta crisis que ahora está adormilada como un volcán
dormido. A lo mejor, una de las salidas de la crisis es la potenciación del
sector primario, a lo mejor se necesita un plan de desarrollo del campo, o una
reforma agraria, o explotar las propiedades de manos muertas (sí, todavía hay
algunas zonas en nuestro país que parecen que no han avanzado desde el siglo
XVIII).
Una idea que debemos tener en cuenta es que el
llamado Estado del Bienestar ha muerto, por lo que eso de que voy a trabajar 8
horas, en coche, desayuno, tengo mi mesa de trabajo o despacho, y si puedo
salir antes de tiempo mejor…ha cambiado. Esa comodidad fue un sueño de la época
famosa “cuando éramos ricos”. De un túnel se sale, pero de forma diferente. El
campo está, para la mayoría de la sociedad española, infravalorado. Los mismos
antiguos trabajadores no quieren que sus hijos sigan su estela. Pero el tiempo
que nos ha tocado es este, no lo hemos podido elegir, sino que lo que tenemos
que hacer es buscar soluciones para ello.
Puede que el campo sea un camino que abandonamos por
los cambios sociales, políticos y económicos de los años 50 y 60 y puede que
por cambios de los ámbitos comentados antes, de nuevo, volvamos a la senda de
las labores del campo.
Juan Manuel Luna Cruz
No hay comentarios:
Publicar un comentario