Hoy aparece una noticia en varias
páginas web de periódicos y otros medios de comunicación en la que una
asociación de Málaga está recogiendo firmas para crear lo que ellos llaman una
comunidad autónoma uniprovincial porque, entre otras razones, ellos opinan que
la Junta de Andalucía centraliza toda su actividad en Sevilla y se olvida del
resto de provincias, sobre todo de las orientales.
También estamos “jartos” de
escuchar por radio, ver en la tele y leer en la prensa y en internet, el debate
soberanista de Cataluña y su posible independencia, secesión, creación de un
nuevo Estado o lo que Dios quiera que sea.
Aparte, me gustaría comentarles
(no sé si a ustedes les pasa) que cuando salgo de Andalucía hacia otra región
de España, uno llega a sentirse en un país diferente. A lo mejor, he exagerado;
pero la sensación que uno percibe es esa, o al menos de sentirse muy, muy lejos
de su casa. Y eso, sin salir del país.
De estas 3 situaciones que les he
expuesto, uno se pregunta ahora… ¿somos realmente un país unido o aquí cada uno
va por su lado? ¿Han desaparecido los denominados reinos de taifas o siguen
vigentes en la actualidad? Para aquel que ande un poco perdido, le resumo. Los
reinos de taifas fueron un conjunto de reinos que aparecieron en Al-Andalus,
después de la desaparición del Califato de Córdoba, donde gobernaban emires,
virreyes, jefes, jueces y otros personajes. Cada reino tenía su capital, sus leyes,
sus impuestos y estaban todos los días peleándose y conquistándose unos a
otros.
Eso no sólo pasaba en los
territorios musulmanes. En los territorios cristianos de la Península Ibérica
permanecieron durante mucho tiempo pequeños reinos como el de León, el Condado
de Castilla, Navarra, Aragón y los Condados Catalanes.
Con el tiempo y los siglos, todos
estos territorios se fueron “uniendo” bajo uno solo que se instauró en el siglo
XV que es España. Sin embargo, mi pregunta es: ¿realmente han desaparecido o
esto es algo más que una mezcla de culturas y distintas concepciones de España?
Uno observa muchas veces que aquí cada uno mira para su ombligo y del resto nos
acordamos solamente cuando nos afecta. Los catalanes, evidentemente, tienen en
su territorio su debate soberanista. Andalucía tiene graves problemas sociales
que debe arreglar y, por eso, no atiende a nadie más. Incluso algunas veces ni
a los propios andaluces. Galicia se desmarca del resto de territorios y sigue
su curso. Castilla-la Mancha tiene una presidenta que vive más en Madrid que en
Toledo, la capital de la comunidad autónoma. El País Vasco se le presenta una
situación bastante complicada después de la resolución de la doctrina Parot con
la posible salida de presos etarras de las cárceles y la relación con las
víctimas. Las Islas Canarias solamente nos acordamos de ellas para dar una hora
menos. A Ceuta y Melilla la miramos cuando hay problemas con inmigrantes…
¿Qué país es este?, se preguntará
alguien que venga de fuera para hacer un largo viaje por distintas capitales
españolas. La variedad y la diferencia de sistemas desde norte a sur y de oeste
a este de nuestro territorio es un tema bastante preocupante. La centralización
no es buena porque todo no se puede manejar desde Madrid pero tampoco tiene que
ser esto el libre albedrío. ¿Hay que revisar las competencias? ¿Hay que
modificar la Constitución porque no estamos contentos con la situación?
Sentémonos a dialogar, que nadie pegue un puñetazo en la mesa y se levante y
hagamos que esta sociedad sea solo una y no 19.
Juan Manuel Luna Cruz